A aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y poder, ahora y por todos los siglos. Amén.
Así como la epístola empieza con una proclama de seguridad, de igual manera termina. Aunque los falsos maestros están esparcidos por todas partes y son peligrosos, no debemos temerles si confiamos en Dios y estamos arraigados y establecidos en Él.
¿Qué más necesitamos? Judas llega al final de su carta con esta maravillosa adscripción de alabanza. No solamente Judas nos alerta del hecho que “Dios es poderoso” sino también el apóstol Pablo dice lo mismo.
“Y al que puede fortaleceros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo…” (Romanos 16:25).
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos…” (Efesios 3:20).
¿Qué más necesitamos cuando leemos “A aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría”? Después de las exhortaciones de las tristes posibilidades de error y apostasía, Judas termina con una nota positiva señalando a sus lectores en dirección a Dios. Observamos que Su meta es guardarnos sin caída hasta el fin de los tiempos y presentarnos irreprensibles con grande alegría.
Vale la pena hacer un bosquejo de los vocablos que Judas usa en estos dos versículos. Porque nos anima con las palabras: “Dios es poderoso para guardaros sin caída.” Vine (1985) nos ayuda a investigar y comprender sus sentidos bíblicos:
“guardar” – (griego: fulasso) denota: (a) guardar, vigilar, montar guardia (Lucas 2:8); (b) guardar en el sentido de proteger (Lucas 11:21; Juan 12:25; 17:12); (c) guardar denota un interés personal en la acción, guardarse a sí mismo de (Lucas 12:15: «guardaos»), como en Hechos 21:25: «abstengan»; en 2 Timoteo 4:15: «guárdate», y 2 Pedro 3:17: «guardaos»; también traducido con el verbo custodiar en otros pasajes.
“sin caída” – (griego: aptaistos) es un adjetivo que significa “sin caída, sin tropiezo, firmemente arraigado”. (Se nota que el vocablo está compuesto de: a, negación, y patio, tropezar). Se encuentra el verbo en 2 Pedro 1:10 donde se nos muestra cómo esto ha de alcanzarse.
“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección, porque haciendo estas cosas, jamás caeréis.”
Caminar en los propósitos de Dios es caminar seguro. Es la manera en que el Salmo 121:2-4 expresa la misma convicción:
“Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero ni se dormirá el que te guarda. Por cierto, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.”
Además, Judas dice: “Dios es poderoso para presentaros sin mancha.”
“presentar” – (griego: jistemi) es un término formal que sugiere la introducción a un dignatario y denota: (a) hacer estar en pie, establecer; en la voz pasiva, Mateo 2:9: «se detuvo»; denota tomar uno su lugar, ponerse a sí mismo (Apocalipsis 18:15); (b) estar de pie, estar de pie al lado, estar de pie quieto (Mateo 6:5; 20.32: «deteniéndose»); metafóricamente, mantenerse firme (Juan 8:44: «no ha permanecido» en la verdad;
“sin mancha” – (griego: amomos) Se traduce siempre así en la Reina-Valera. Por ejemplo Efesios 1:4 ; 5:27; Filipenses 2:15; Colosenses 1:22.
En la Septuaginta (lxx) se usa con referencia a los sacrificios de los animales que no tienen mancha ni defecto. El apóstol Pedro identifica la importancia de esta palabra para los creyentes en su primera carta:
“pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros padres) no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” (1 Pedro 1:18-19).
El cristiano, ahora santificado por completo, puede ser identificado plenamente con el carácter de nuestro glorioso Salvador. El lenguaje de esta declaración maravillosa por Judas en el versículo 24 es un eco del Día de la Expiación (Levítico 16). Cuando dice:
- “delante de su gloria” – pensamos en el oficio del Sumo Sacerdote en el Lugar Santísimo
- “sin mancha” –pensamos en el sacrificio aceptable por Dios
Sin embargo, Israel tuvo que repetir esta ceremonia de expiación año tras año. Se nota también el comportamiento de los israelitas. Tuvieron que observar el mandamiento de Dios: “…afligiréis vuestras almas…” (Levítico 16:29,31). Pero los verdaderos creyentes hoy en día recordamos un solo sacrificio ofrecido una sola vez con gozo:
“Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios. Allí estará esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Y así, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” (Hebreos 10:12-14).
Llegamos al versículo 25, el último versículo de la carta. De las cuatro cualidades que se adscriben a Dios,
- la gloria subraya su esplendor, como el brillo de la luz (Lucas 2:9; Hechos 22:11; Apocalipsis 15:8);
- la majestad, su posición (Hebreos 1:3; 8:1);
- el imperio, su capacidad para ejecutar su soberana voluntad (Salmo 103:19; Hebreos 1:3); y
- el poder, el hecho de que tiene el derecho absoluto para hacerlo (Apocalipsis 3:21).
Estas cualidades siempre han sido suyas y siempre serán, porque son las cualidades mismas de la eternidad por medio de las cuales él creó el mundo en el espacio y en el tiempo. Estas son las cosas que debemos ofrecer a Dios. Nos unimos con David en la proclamación de alabanza:
“Tuya es, Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el dar grandeza y poder a todos.” (1 Crónicas 29:11-12).
Una comparación de las diferentes traducciones de este último versículo revela dos omisiones en la versión Reina-Valera (1995). Estas son las frases:
“Jesucristo nuestro Señor”
“Antes de todo tiempo”
Observe esta selección de cuatro versiones del versículo 25:
Reina-Valera (Revisión 1995):
al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y poder, ahora y por todos los siglos. Amén.
La Biblia de Jerusalén:
al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén.
La Biblia de las Américas:
al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén.
La Nueva Versión Internacional:
¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no caigan, y establecerlos sin tacha y con alegría ante su gloriosa presencia,
sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Señor, antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amén.
Solamente a Dios, nuestro Salvador, atribuye Judas ahora toda la gloria. Dios es Salvador para aquellos que acuden a Él por medio de Jesucristo. No se sorprenda al ver que Judas llama a Dios Salvador y al mismo tiempo se distingue claramente el Padre del Hijo. Es lo que Pablo enseña en 1 Timoteo 2:5:
“pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre”
El propósito de Dios siempre ha sido la glorificación de Su nombre en la tierra. Llegará a su cumplimiento por medio del proceso de salvación de la humanidad. Detrás de todo este proceso está el amor eterno e inalterable de Dios, y fue ese amor el que Jesús vino a revelar a la humanidad. Dios es característicamente un Dios Salvador. Este es lo que ha declarado por medio del profeta:
“Yo, yo soy Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.” (Isaías 43:11)
También reveló por el profeta que salvaría por el poder de un siervo:
“«Este es mi siervo, yo lo sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento. He puesto sobre él mi espíritu; él traerá justicia a las naciones. 2No gritará, no alzará su voz ni la hará oir en las calles. No quebrará la caña cascada ni apagará el pábilo que se extingue: por medio de la verdad traerá la justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra la justicia. Las costas esperarán su ley». Así dice Jehová, Dios, Creador de los cielos y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora en ella y espíritu a los que por ella caminan: «Yo, Jehová, te he llamado en justicia y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.” (Isaías 42:1-7).
“él dice: «Poco es para mí que solo seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob y restaurar el resto de Israel; también te he dado por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo último de la tierra».” (Isaías 49:6).
Este siervo prometido de Dios es Jesucristo. El apóstol Pedro anuncia estas Buenas Nuevas:
“El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo en un madero. A este, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.” (Hechos 5:30-31)
Los lectores a quienes Judas escribió eran susceptibles a las herejías y a la tentación de vivir de forma inmoral. Judas anima a los verdaderos creyentes a permanecer firmes en su fe y a confiar en las promesas de Dios para su futuro. Nosotros también vivimos en los últimos días, mucho más cerca del fin de lo que estuvieron los lectores originales de esta epístola. Igualmente somos susceptibles al error doctrinal y podemos ser tentados a caer en pecado. Aunque hay muchas enseñanzas falsas a nuestro alrededor, no debemos temer ni caer en desesperación. Dios puede guardarnos para que no nos rindamos y, si permanecemos fieles, Él nos garantiza que estaremos con Cristo en el Reino venidero cuando regrese en la gloria de Su Padre.
¿Hay más que decir de los ángeles? Judas escribió: Dios es poderoso para guardaros sin caída. Aceptamos la enseñanza global de la Biblia que se halla 288 referencias a los ángeles. Son en realidad todos espíritus ministrantes para servir a aquellos que heredan la salvación.
“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende.” (Salmo 34:7)